Hace más de 25 años, un 30 de agosto, Javier Solana
por aquella época, ministro socialista de Educación y ciencia, firmaba con su
rúbrica la aprobación por Real Decreto de la creación del título universitario
oficial de Diplomado en Educación Social.
Dicho título universitario formaría a las y los p rofesionales de
carácter pedagógico especializados en la Educación no formal, la educación de
adultos (incluida la tercera edad), la inserción social de personas con
diversidad funcional, así como la acción socioeducativa.
Se cumplían así los deseos y reclamaciones de miles de
profesionales de la intervención social que abogaban por la creación de un
título oficial universitario que como sus homólogos europeos formase a
profesionales de la educación para intervenir con colectivos en exclusión
social y que también fuesen capaces de prevenir situaciones de conflictividad
que afectasen a la sociedad española.
Durante los años siguientes, las universidades
españolas fueron incorporando en su oferta formativa la Diplomatura de
Educación Social y posteriormente el Grado Universitario de Educación Social
(Hasta un total de 43 universidades en todo el estado), siendo hoy en día por ejemplo
en la UNED, el cuarto grado universitario con mayor demanda a nivel estatal por
detrás de titulaciones tan reconocidas e históricas como Derecho o Psicología.
En estas últimas dos décadas, no sólo se afianzó la
formación inicial del título universitario, sino que se comenzó a ofrecer todo
tipo de postgrados universitarios y de formación continua y especializada para
aquellas y aquellos egresadas y egresados que deseasen continuar su formación
especializándose en un ámbito en concreto: Intervención Socioeducativa con
infancia y familias, Adicciones, Servicios Sociales, Tercera Edad, Animación
Sociocultural, Mediación Familiar, etc...
A nivel profesionalizador, la ASEDES, la antigua
Asociación Estatal de Educadores Sociales aprobó en 2002 el código deontológico
y los papeles profesionalizadores que facilitaban un "conjunto de normas
que orientan la acción y conducta profesional, que ayudan al educador y a la
educadora en el ejercicio de su profesión y mejoran la calidad del trabajo que
se ofrece a la ciudadanía". Dicho Código Deontológico se sustenta en la
Constitución Española, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la
Convención Europea para la Salvaguardia de los Derechos de las Personas, la
Carta Social Europea, y en la Convención sobre los Derechos de los Niños
anunciados en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
En 2007, la ASEDES se disuelve para dar paso al
Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales del Estado
Español (CGCEES), compuesto por todos los Colegios Profesionales de las
comunidades autónomas que se fueron creando a lo largo de estas dos últimas
décadas y que mediante su aprobación por ley autonómica, pusieron en marcha
procesos de habilitación profesional para habilitar a nivel laboral aquellas
personas que ya ejercían la profesión
antes de la existencia del título universitario, quedando así, regulada la
figura a nivel laboral.
La incorporación de Educadoras y Educadores Sociales
en el sistema educativo se produce hace más de una década en tres comunidades
autónomas: Castilla La Mancha, Andalucía y Extremadura., si bien los colectivos
profesionales de educadoras y educadores llevan más de 20 años reclamando al
Ministerio de Educación, políticas y estrategias que abordasen la convivencia
escolar desde una óptica socioeducativa.
Así gracias a las competencias que en materia de
Educación tienen las comunidades autónomas y a una buena sintonía entre dichos gobiernos autonómicos y colegios profesionales, se dio paso a la puesta en marcha de
proyectos pilotos en varios institutos de secundaria que dado el éxito de los
mismos desembocaron en una convocatoria de plazas de Educador/a Social Escolar
al siguiente curso académico.
La introducción de la figura en los equipos de
orientación educativa pretendía resolver varias situaciones que en aquel
entonces el sistema educativo no era capaz de afrontar con eficacia:
- Absentismo Escolar
- Atención escolar a minorías étnicas e integración del alumnado inmigrante.
- Fracaso y abandono escolar
- Problemas de convivencia escolar
- Educación en materias transversales (Educación en valores,Educación Vial, Educación para el consumo, Educación para la paz, Educación Medioambiental, Educación sexual y socioafectiva, Educación para la igualdad, Educación para la salud etc.).
- Educación Familiar
- Dinamización de las AMPAS
- Crear una figura puente que estuviese en contacto directo con los Servicios Sociales y el tejido social cercanos al centro escolar.
A lo largo de estos años, en todas las comunidades,
los colegios profesionales han continuado estableciendo contactos con las consejerías
de Educación y el Ministerio de Educación para hacerles ver y entender las ventajas de
contar con profesionales de la Educación No formal, la acción socioeducativa y
la resolución de conflictos como son las y los educadores sociales.
En la actualidad, dos comunidades autónomas: Canarias
y Baleares, incorporarán en sus centros escolares, educadoras y educadores
sociales este mismo curso y otros territorios tienen avanzadas
negociaciones para llegar al mismo objetivo en cursos venideros.
Asturias es una comunidad, que aunque gobernada por el
mismo partido político que defiende la figura a capa y espada en otras
comunidades, parece aislada en materia de innovación educativa y ajena al
conocimiento de esta profesión que hace más de un cuarto de siglo daba un paso
tan importante en su reconocimiento como es la creación de un título
universitario propio y perteneciente a Ciencias de la Educación y que cuenta con cientos de tituladas y de titulados en Educación Social especializadas y especializados en alta intensidad pedagógica que podrían preveer, resolver y reducir muchas de las problemáticas que afectan a la infancia y juventud asturiana.
Abordar problemáticas como el acoso escolar, la
violencia de género juvenil, la violencia intrafamiliar, la atención al
alumnado con necesidades educativas especiales, el tratamiento de la diversidad
sexual, las adicciones y/o las cuestiones relacionadas con la Educación para la
salud o la Educación Emocional y en valores, etc... desde la Educación Social
debería ser una cuestión de primer orden para cualquier responsable político de
Educación, en un momento en el que parece que la
opinión pública pone el ojo en este tipo de situaciones que sin duda
afectan sobremanera a un colectivo tan delicado como es la infancia y la
adolescencia.

Las personas interesadas en asistir y obtener un certificado de asistencia pueden inscribirse en este enlace
Para cualquier información pueden dirigirse a ceespv@ceespv.org
#Edusoday2017
Os esperamos en el #Edusoday2017
Marcos Álvarez Zarzuelo
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